Autor: Santiago Porras
EUNED: 2012
107 páginas.
Un paisaje rústico. No por el hecho
de ser rural, de inicios del siglo pasado o de un entorno minero;
sino porque rústicos son los hombres que desfilan por el libro.
Frente a la sofisticada voz del oro, narrador amarillo que nos habla
a través del texto, las cartas de Betty a Mary, esposa de uno de los
gringos que dirige la Mina Tres Hermanos en Abangares y quien
describe aquel escenario durante el montaje previo al bochinche
final, o la misma complejidad, variedad y belleza del paisaje, todos
estos elementos se contraponen a los personajes toscos, ambiciosos y
pleiteros que cuajan el desenlace de Avancari: muerte en el motín de
las minas de Abangares, hecho acaecido en Costa Rica en 1911.
No es fácil cuadrar el libro de Porras
dentro de un género claro. En tramos es una descripción del paisaje
de la época y de esta zona de la provincia de Guanacaste, en partes
una ficción del oro, en otras una recopilación histórica y en
momentos una trama de personajes en conflicto, esencialmente la pugna
entre trabajadores de la mina contra sus jefes extranjeros, tensión
que explota en una querella contra los capataces, un grupo de negros
traídos para supervisar la mina.
En esta riqueza está un acierto de la
obra, variedad de voces y de tonos para construir el texto. Avancari
es una historia narrada a través de varios géneros y registros
literarios, y esto es un logro por parte del autor. En esta variedad
también, podría uno encontrar su desacierto, pues el libro no
termina de ser novela, ya que los personajes no son desarrollados
profundamente como para ahondar figurativamente en sus motivaciones,
en el conflicto y en todo aquello que la historia no puede
desentrañar de las tumbas y los archivos.
No obstante, Santiago Porras nos pasea
como de la mano por la mina y sus alrededores, y nos pinta a personas
reales hechas personajes, algo que consiguió sin duda por haber
estudiado exhaustivamente el tema.
Avancari nos pone un espejo por delante
y nos enseña que no somos tan modernos o adelantados como
quisiéramos ser. Cien años después, somos los mismos hombres
persiguiendo el oro. Como si la voz del oro fuera la mala conciencia
que nos susurra. Nos debatimos entre la intervención del poderoso, y
la colaboración con este para progresar ─el
libro en partes parece teñido por la discusión del TLC─,
entre ser capaces de la amistad y la traición, de beber juntos o de
darnos machetazos para descuartizarnos ─los
pleitos son las mejores escenas del libro─.
Seres capaces de meternos el oro en el hueco del culo para
ocultarlo, o de llegar hasta allí para buscarlo. En esencia, las
cosas no han cambiado tanto desde el tiempo de las minas.
Avancari de Santiago Porras es un libro
muy agradable que los costarricenses deben leer.
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