7/04/2010

¿Y los últimos de primero?


Publicado el 3 de julio en La Nación

Invito al lector a reflexionar sobre las recientes noticias de ministros, diputados y otros políticos bajo el siguiente prisma. Hay una máxima ética de una escuela del desarrollo que plantea “poner de primero a los últimos y de últimos a los primeros” como un principio fundamental para el cambio.

En “Desarrollo como Libertad”, Amartya Sen propuso que el desarrollo es un proceso de expansión de las libertades de las personas. Por lo tanto, entre mayor acceso a educación, salud, a ingresos económicos y a niveles de seguridad que tenga el individuo, mayor libertad tendrá, por ejemplo, para participar de mejor manera de la vida política, económica y artística, etc.

Es conocido aquello de que entre mayor libertad, mayor responsabilidad. Es decir, quienes cuentan con mayores libertades en cuanto a ingresos superiores, más educación y principalmente mayor acceso al poder son quienes cargan con mayor responsabilidad y son los principales llamados a cumplir con eso de poner primero a los más desfavorecidos y de luego ponerse a sí mismos.

Volviendo a nuestra realidad ¿qué es lo que se ha puesto de primero?

De primero vino la intentona de aumentazo salarial de algunos diputados. Luego, la Cancillería puso de primero el nombramiento de allegados y colaboradores de campaña antes que a la ley misma y la profesionalización de servicio exterior. También muchos diputados oficialistas o afines a éstos nombraron de primero a familiares (cónyuges, hijos y hermanos etc.), por supuesto, la familia de primero. Mismos diputados que quieren poner de primero el programa de delegados presidenciales antes que las iniciativas de desarrollo local.

Rodrigo Arias se puso de primero a sí mismo, ¡cómo no! hasta por delante de la Señora Presidenta y poco pareció importarle pasar por encima de algún ministro.

La carretera a Caldera se abrió prematuramente, porque lo que precisaba era inaugurarla, y en segundo plano quedó la seguridad de quienes la transitaban.

Las acciones contundentes en seguridad ciudadana pueden esperar: para eso va ahí la consulta ciudadana. La red de cuido puede esperar, habrá que ver si cae maná del cielo. Los vecinos de Pavas y otras localidades pueden esperar por el techo, ojalá que no por cuatro años, eso resultaría muy conveniente.

La red de cuido de ancianos puede esperar el próximo mes para siquiera comenzarse a planificar.

Una reforma fiscal progresiva puede postergarse, ya ha esperado más de ocho años, de por sí, nadie en el oficialismo ni se ruboriza por financiar ilegalmente el gasto corriente del Estado con deuda.

El mensaje es claro en sus prioridades, ya bien lo dicen: gobernar es priorizar. Porque hasta ahora, lo primero han sido los primeros y los últimos siguen esperando.

La Presidenta tiene tiempo y poder. Inshallah use esos valiosos recursos para poner las cosas en orden y a los últimos en el lugar de privilegio que les corresponde.


PD: En la foto Robert Chambers, uno de los maestro que insiste que para el cambio y el desarrollo hay que poner a los últimos de primeros. Su libro, Whose reality counts?, pone enfasis en que el desarrollo no son solo números, sino cambio de actitudes y prácticas.