¿Extraño el pito?
No es título de Extra, aunque sería uno bueno. Recostado en el vidrio de un bus de esos de dos pisos, camino a casa, lo percaté. Aquí en Inglaterra la gente no pita, no se cuelga del claxon, no hacen sinfonías monotonales de aburrimiento, ira o desesperación, sentimientos distintos pero que en la calle suenan iguales.
¿Por qué la gente no se cuelga del pito aquí, y en mi Tiquicia sí lo hacen(-mos)? Carreteras mejor diseñadas y más fluidas... tal vez. Pero creo que anda la procesión (haciendo presa), por el lado de las actitudes.
No faltará el creativo que diga, ¡hay que hacer una ley contra el pitado! Aunque las leyes ayudan, y el binomio zanahoria-garrote contribuye a regular, no hay que poner todo por escrito para que hagamos las cosas mejor.
En todo caso, sigo preocupado por mi perversión, creo que extraño el pito. Su sonido (para los malpensados...)
PD:gracias a Ronald Flores por su reseña, y a Juan por enviar el libro!!!