José Marín Cañas. Periódico La Hora. 23 de noviembre de 1935
"En efecto, publicar un libro en Costa Rica, si no se es rico y si se tiene en mira sacar siquiera los gastos de impresión, tiene que ser visto y compadecido como un acto de verdadera locura".
Mario Sancho. El Repertorio Americano, Tomo XXVIII, Año XV, No. 669, 3 de febrero de 1934.
"En Costa Rica resulta más difícil deshacerse de un libro que hacerlo"
Clorito Picado. El Repertorio Americano, 3 de febrero de 1934.
Estas citas de costarricenses célebres tomadas de documentos con más de 70 años de antiguedad, citados a su vez en el excelente artículo El Infierno Verde: las estrategias publicitarias de un folletín de Alexander Sánchez Mora, muestran cómo la lucha editorial en Costa Rica no es ni remotamente una lucha reciente.
El tono de estos costarricenses es de crítica, pesimismo o burla de esta situación. ¿Será la culpa de nuestro pueblo alfabetizado pero ignorante? ¿De las corrientes externas más atrativas y enajenantes? ¿Es la falta del apoyo estatal, de la empresa privada o el pecado determinista de contar con un mercado interno limitado?
A quién le importa... yo por mi parte hoy me quiero sentir optimista, y pienso -tal vez como la hormiga agarrada a la oreja del elefante- que estamos ganando la batalla, porque seguimos en ella después de tantos años.
¿No son los dilemas de estos escritores muy similares a los que afrontamos en presente? y sin embargo ahí seguimos -persistentes- en el acto loco diría Sancho (el cartaginés) de publicar libros en Costa Rica. Creo que en esta lucha no debe haber culpas ni complejos.
Nuestro deber es seguir adelante, y seguir y seguir... no hay excusas. Como decía antes, me siento optimista y razón de ello son los muchos libros que se presentan en el país, y los muchos que quedan por presentarse por lo menos en lo que resta de este año.
PD: En la foto José Marín Cañas.
8 comentarios:
Vos lo has dicho Charlie, la vara es seguir, y darle y seguir dandole a la jugada, hasta que se canse la mano o hasta que fracturemos algo, lo que sea. La vara es bretear, y duro. Y bueno Marín Cañas es un grande.
Carlos, lo curioso de todo el asunto es que existen ediciones de autores costarricenses que venden muchísimos ejemplares, como por ejemplo fue el caso de Sinatra, que vendió más de 50000 ejemplares en 1971 con Un harapo en el camino. No tengo datos recientes, pero de ver la proliferación de locales de la Librería Internacional yo creo que se puede asegurar que el mercado lector de Costa Rica es bastante ámplio y tiene poder adquisitivo. Ahora, la pregunta es, ¿porque no compran literatura de ficción nacional estos lectores? Yo creo que existe o un desconocimiento de la oferta literaria, o una divergencia entre los gustos de los lectores y el de los escritores en nuestro país. Evidentemente, el primer problema se soluciona más fácilmente (o menos dolorosamente) que el segundo.
Carlos, este es un tema del que hay que hablar para intentar explicarnos qué pasa con nuestrea literatura y sus lectores. Increíble que esas citas no sean de esta semana o la pasada, sino de hace siete décadas; son actuales, crudas, cotidianas para los que estamos metidos en esto.
Se editan muchos libros al año; más de los que se editan terminan en cajas (como una especie de multiplicación maligna de los peces y los panes), y su peso se vuelve moho. ¿Por qué es? Las editoriales no mercadean, no hacen publicidad efectiva, no usan banners más que en las presentaciones de los libros (bueno, y eso lo he visto solo en un par de editoriales). Es triste que un autor tenga que salir con sus libros bajo el brazo a venderlos, después de haber pasado por la complejidad de la escritura y lo amargo del proceso de publicación en Tiquicia.
Sin embargo, seguiremos amargándonos la vida, no queda más remedio.
De acuerdo con Juan, de repente Sinatra haya sido el único best-seller tico. Y claro que hay problemas de difusión y mercadeo, pero quizás, aunque duela, los escritores ticos no buscan ser interlocutores del público lector en Ticolandia.
Un problema tan viejo (¡geniales las citas!), para ponernos optimistas, tal vez refleje también la terquedad literaria de unos cuantos en este país.
Carlos, sin saberlo tengo años de repetir esta cita de hace más de 70 años de Marín Cañas (en mi opinión el mejor articulista de la historia del país), esa misma razón, la falta de espacio para unas cajas de libros me ha hecho no empeñarme demasiado en la publicación de mi nueva colección de relatos. Otra cosa que he notado es la falta de espacio en las "góndolas" de las Librerías Internacionales, se hace cada vez más pequeño el espacio destinado para los libros ticos, eso es preocupante por lo que puede estar indicando. Da para mucho más tu post. Saludos.
Warren: eso es: darle y darle y darle... estamos hablando de literatura ¿verdad?
Juan: El tema de Sinatra desde que Memo me lo comentó me ha tenido intrigado, quiero buscar esa obra. Una vez conversando con una amiga que trabajó en Universal en libros, me dijo que la internacional no vende tanto en sus locales, sino en la representación (ventas en supers, venta de bestsellers, auto ayuda El Secreto etc.) y que muchos de los libros son una imagen de entorno para esas ventas grandes ... de esto no sé mucho, pero bueno hay un dios metido en todo esto: Mercado, y como los dioses de otras tradiciones, no necesariamente es malo o bueno per se.
Memo: Hay que descubrir el enigma de Sinatra (¿guaro...???) lo que tomo por cierto en CR es que las editoriales son impresoras de libros (y lo hacen bien...) pero en el resto del trabajo hay mucho por hacer y discutir. En fin, no te amargués, me gustaría imaginar que Marín Cañas escribía esas citas cagado de risa...
Lau: cierto el tema de la interlocución, es un bonito dilema ¿cómo conciliar el ego, el deseo de escribir historias con el gusto de la gente por leerlas...? !retos, solo retos nos saltan!
Heriberto: el tema de las cajas lo hemos vivido todos. Yo una vez en Perro Azul me ví unas 200 veces guardado a mi mismo en una caja, como en la bodega que sale en Idiana Jones.
Debería existir un "writers guild" que pueda ofrecer sus propias góndolas a las librerías.
Saludos!! El tiempo tambien se fatiga.
Hace días le doy vueltas a este post, y en el fondo me daban ganas de escribir al respecto, pero igual me entraba el cansancio. Precisamente por ser una problemática añeja que afecta a aquellos que a estos asuntos le dedicamos tiempo.
Las variables son muchas. Como señala Juan, la Internacional es un ejemplo de que los libros se venden. Y no es como tratan de hacerlo ver, que solo se venden best-sellers. Los best-sellers lo son precisamente porque se exhiben en las vitrinas y nos "obligan" a comprarlos.
Es interesante: a un librero lo que le importaría, en primera instancia, es vender, ¿cierto? Entonces, ¿cuál es la diferencia entre mercadear a un tico y vender 100 000 ejemplares y mercadear a Harry Potter y hacer lo mismo? El tico seguramente sale más barato y no gasta pasajes de avión para ir a firmar autógrafos.
Aquí podríamos pensar, evidentemente, en términos de industrias transnacionales: Alfaguara tiene la capacidad de imprimir 100 000 mil ejemplares. Una imprenta tica (por no decir editorial) no puede.
Entonces vendría otra pregunta: ¿por qué razón un capitalista tico no invierte para hacerlo, a sabiendas de los enormes réditos?
Estas ideas, y otras, se suman a la serie de "misterios" del marcado editorial costarricense.
En otro momento, Literófilo apuntaba que parte de la responsabilidad está en el autor: este debe salir a la calle, de gira, con su libro bajo el brazo, como hacen los músicos. Es cierto. Y esa actitud es parte de lo que he venido denominando "generosidad". Debemos abrirnos a nosotros mismos, para luego hacerlo al exterior.
Puntos de la gira: Liberia, San Carlos, San Ramón, Alajuela, Belén, Heredia, Santa Ana, dos lugares en San José, Pérez Zeledón, Cartago, Guápiles y Limón.
En todos estos sitios, o en casi todos, hay talleres o grupos culturales. Pero ahí viene la mezquindad: creemos que a lo mejor no es tan glamoroso ir donde asumimos que hacen literatura pasada de moda y ponen mesas para "declamadores" (como me tocó una vez en San Ramón). Porque partimos del hecho de que "lo cultural" ocurre en Chepe, en San Pedro. El Instituto México y el Centro Cultural Español son muy bonitos, y siempre abren sus puertas, lo cual está bien y hay que aprovechar, pero ¿cuántos estamos dispuestos a echarnos una gira?
El público consume lo que se le vende. El público no tiene gustos predeterminados.
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